El implante dental representa una forma óptima de reemplazo de un diente que se ha perdido, La tasa de éxito de los implantes es generalmente alrededor de 95 %, pero después de un tiempo las posibilidades de fracaso de este implante no son nulas. Se pueden producir infecciones o periimplantitis.
¿Qué es la periimplantitis?
La periimplantitis es una enfermedad infecciosa que afecta a un considerable porcentaje de los pacientes con restauraciones sobre implantes dentales. Es un proceso inflamatorio destructivo que afecta a los tejidos blandos y duros alrededor de los implantes, pudiendo llegar a la pérdida del implante. Hay que distinguir entre mucositis y periimplantitis:
- Mucositis periimplantaria: Es una condición inflamatoria limitada a los tejidos blandos que rodean al implante. No hay pérdida de masa ósea y es un proceso reversible mediante un tratamiento adecuado.
- Periimplantitis: La reacción inflamatoria va acompañada de pérdida de hueso de soporte alrededor del implante, supuración y sondaje mayor de 6 mm. El proceso comienza en la parte coronal mientras que la parta apical permanece integrada. Hoy día se acepta que entre el 28 al 56% de los implantes presentarán una periimplantitis.
Se acepta una pequeña pérdida ósea fisiológica y natural, que no es patológica y que es mínima, unos 0,2mm al año se considera normal.
Las lesiones en los tejidos blandos alrededor de los implantes son potencialmente más peligrosas que con respecto a los dientes ya que tienden a extenderse apicalmente con mayor facilidad hacia el tejido óseo periimplantario.
Tratamiento
El tratamiento será distinto si se trata de una u otra . El manejo de la misma debería ir enfocado al control de la infección, descontaminación de la superficie del implante y regeneración del hueso alveolar perdido. Aun así el pronóstico puede ser incierto.
Signos y síntomas
- Presencia de placa bacteriana y calculo alrededor del implante.
- Edema y enrojecimiento de tejidos marginales.
- Aumento de la profundidad de sondaje y ligero sangrado y o supuración tras el mismo.
- Destrucción ósea vertical en relación con la bolsa periimplantaria.
- Presencia radiológica de reabsorción ósea.
- Persistencia de dolor y malestar.
- Movilidad del implante (en la fase final)
Una vez establecida la lesion periimplantaria, el primer tratamiento que se va a realizar es el no quirúrgico, mediante curetas, ultrasonidos, sistemas de aire abrasivo o láseres; sabiendo que no va a ser suficiente en la mayoría de las situaciones y será necesario un abordaje quirurgico.
Para el abordaje quirurgico se han propuesto tecnicas resectivas, regenerativas o combinadas, las cuales se seleccionaran en funcion de la morfología del defecto, de la localizacion del implante en la arcada y de la superficie del mismo.