CÓMO MANEJAR EL MIEDO DE TUS HIJOS AL DENTISTA

 

CONSEGUIR QUE LOS NIÑOS ESTÉN CÓMODOS LES PERMITE CONSTRUIR ASOCIACIONES SALUDABLES Y CREAR UNOS BUENOS HÁBITOS DE HIGIENE ORAL DURANTE EL CRECIMIENTO.

 

 

Cuando llega el momento de hacer una visita al dentista, puede que los miembros más pequeños de tu familia no estén tan entusiasmados. Muchos niños experimentan ansiedad cuando van al dentista, sienten emociones que van desde una oposición suave hasta un miedo extremo sólo al pensar que se tienen que sentar en el sillón. Es importante ayudar a tu hijo para que tenga la mejor experiencia posible en el gabinete dental, ya que le marcará para el futuro.

Aquí os dejo unos trucos para ayudaros a manejar mejor la «fobia dental» de vuestros hijos:

No le transmitas tus propios miedos a tu hijo.

Si tú mismo sientes ansiedad cuando vistas a tu dentista puede que le estés transmitiendo esos mismos miedos a tus hijos sin darte cuenta. Ten cuidado con el comportamiento y lenguaje que empleas antes y después de tu visita al odontólogo. Si hablas de lo desagradable que te ha resultado la experiencia, muestras miedo o expresas otras cosas negativas delante de los niños, ellos pueden interpretarlo como un comportamiento normal y copiarlo. Sea cual sea el motivo que desencadenó tu miedo al dentista, no se lo transmitas a tus hijos, ya que deben aprender que las visitas regulares al dentista son una parte normal y fundamental de la salud y cuidado bucodental.

Comienza las visitas al dentista a una edad temprana.

Visitar al dentista una vez que al niño le hayan salido los primeros dientes hará que crezca y se familiarice con esa experiencia como algo normal. Hacer visitas regulares (cada 6 meses por ejemplo) además ayudará al infante a confiar en el odontólogo. Todo esto ayudará a controlar los niveles de ansiedad de tu hijo a la hora de acudir al dentista.

Haz «juegos dentales» en casa.

Esto quiere decir que tenemos que intentar, como padres, introducir la salud bucodental y al dentista como un juego en nuestras rutinas diarias y no un monstruo, haciéndolo divertido. Por ejemplo «jugar a ser dentista» y que uno u otro jueguen a revisarse los dientes. También hay libros que cuentan cómo transcurre una visita en el dentista de una forma muy entretenida. Traer a casa la idea del «gabinete dental» y asociarlo con ideas positivas es una gran manera de ayudar a tu hijo a normalizar las visitas al odontólogo.

Avisa con antelación a tu hijo de su cita con el dentista.

Puede parecer una opción fácil a primera vista el no decirle a tu hijo que tiene una cita en el dentista, pero nada más lejo de la realidad. Esto puede provocarle una mayor concentración de estrés en menor tiempo, llegando incluso a poder provocar un estado de ansiedad o pánico. También puede desembocar en una pérdida de confianza hacia tí si el niño se siente atacado o sorprendido. Avisa a tu hijo con tiempo suficiente para que se pueda hacer poco a poco a la idea y pueda procesar sus emociones, además así tambíen tendrá la posibilidad de aclarar las dudas que pueda tener ante tal acontecimiento.

Explícale las cosas con honestidad y positividad.

Cuando tu hijo te pregunte algo sobre su salud oral o acerca de su próxima vista al dentista intenta contestarle de la manera más honesta y positiva posible. No hay que dar detalles en exceso pero  tampoco un mero «todo irá bien», hay que explicar en qué consistirá la visita, pero hay que hacerlo de una manera afable, tranquila y nunca mentirles o prometerles algo que no sabemos con seguridad. Se les puede decir, en caso de los más pequeños , que «el dentista sólo quiere contar tus dientes», o «el dentista quiere ver cómo de bien te has cepillado los dientes». Comunicarte eficazmente con tus hijos ayudará a que confíen en tí y sepan porqué tienen que ir al dentista.

Vaya a un odontopediatra.

Los dentistas de familia y odontopediatras están perfectamente formados y capacitados por experiencia a tratar con personas jóvenes y niños y sus problemas bucodentales específicos. Poseen técnicas psicológicas para el correcto manejo de infantes más o menos difíciles y pueden ofrecer la opción de sedación consciente para los más miedosos..etc. Además, suelen disponer de instalaciones alegremente ambientadas y decoradas para que los niños se sientan más confortables.

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